Existe una leyenda que pocos recuerdan pero que todos conocemos. Una historia que transgrede todas las líneas del tiempo y del espacio conocido. Podemos decir que en todas las culturas, en todas las épocas y en cualquiera de los momentos de nuestra existencia, la humanidad, de un modo u otro, ha creído que las emociones se esconden en lo más profundo del corazón de cada ser vivo. Esta historia habla de ti, habla de mí, y cuenta la verdad de lo que nuestros corazones ocultan; sí, así es, escondemos ideas, son verdades desaparecidas que no sabemos, no queremos y no deseamos reaprender. Es muy fácil, si quieres saber de qué va esta historia, mírate a un espejo y lo sabrás.
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Cuenta este cuento, que antes del instante en el que nació el universo, ya existía, inmortal e infinita, una luz invisible, mezcla de la luminosidad y de las sombras que hoy conocemos; eso es, una luz que no se ve pero que existe, y que a día de hoy su existencia sigue siendo incompresible, ya que la luz y la oscuridad no pueden existir al unísono, y por lo tanto para nuestra mente racional, era y es algo imposible. Una luz, una energía que dio origen a las emociones del universo. Os puedo contar que el universo ha evolucionado tal y como nos describen los descubrimientos actuales, pero lo que no hemos encontrado aún, lo
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que aún se les escapa a los pensadores más dedicados, es que en un rincón escondido, en el centro del corazón, existe un lugar infinito construido por esa luz invisible, inmortal e infinita. En ese mágico espacio, vive un mago, un ser sabio que es la esencia de nuestros sentimientos, que es más bien una mezcla de ideas, de pensamientos, de sentimientos y de emociones. Un amigo personal que cada uno tenemos y que crea con maestría y serenidad la magia del sentimiento. No es casual que la metáfora más utilizada por la humanidad sea la de decir que el corazón siente. Es demasiada casualidad que todos hablemos de un ...página 1 de 4...continua leyendo... |